La leña es un combustible derivado del carbón vegetal, las virutas, las tablas, los gránulos y el aserrín. Su uso depende de factores como el origen, la cantidad, la calidad y la aplicación.
La leña, frente a la electricidad y el gas
Como hemos observado en estos últimos años, la subida del precio de la electricidad y del gas han comprometido a la economía familiar. Por ello, el desarrollo de las energías renovables, como le leña, supone un paso muy importante para el medio ambiente. Debido a estas subidas de precios la venta de estufas de leña y pellets se han incrementado en más de un 30% en estos meses atrás.
La biomasa es una energía renovable que reutiliza recursos naturales para generar energía. La leña se encuentra dentro de la biomasa y supone un recurso que permite el reciclaje de materiales forestales, respetuoso con el medio ambiente y con un bajo procesamiento.
¿Es el carbón vegetal una fuente de energía renovable?
La respuesta es sí. No todo lo que se quema es perjudicial para el planeta, sobre todo si el combustible proviene de una fuente de energía renovable.
Muchas personas pueden pensar que es mejor encender la calefacción central de gas que quemar troncos, pero, quemar troncos es mucho más ecológico.
La leña, al ser quemada, emite la misma cantidad de CO2 que absorbió durante su ciclo de vida. Por lo tanto, tiene un impacto mínimo en el medio ambiente.
Ventajas de la leña como energía renovable
Las principales ventajas son:
- Es económica. La leña tiene un resultado más eficaz a un precio más económico en comparación con la electricidad y el gas.
- Limpieza forestal. Utilizar leña es sinónimo de invertir en limpieza de bosques y zonas verdes.
- No contaminante. Es una fuente de energía renovable muy respetuosa con el medio ambiente.
- Economía circular. Los residuos que genera cuando se quema son aprovechables por el medio ambiente. Por ejemplo, las cenizas pueden reutilizarse como abono.
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